Coastal & Estuarine Science News (CESN)
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2012 Noviembre (Español)
Contents
¿Por Qué Últimamente Carolina del Sur Estuvo Menos Malhumorada? Preguntas Importantes sobre el Manejo de las Marismas con el Uso de Fuego Un Índice Sencillo para Evaluar el Estado Trófico del Estuario: el pH y OD son las Claves Hidrología Vinculada con la Biomasa del Fitoplancton en Dos Estuarios de Carolina del Norte: Los Ríos Aportan Nutrientes y los Eliminan
¿Por Qué Últimamente Carolina del Sur Estuvo Menos Malhumorada?
El cangrejo azul, ese icónico y sabroso decápodo que habita en las aguas de las costas del atlántico medio y sur, era más difícil de encontrar en la década pasada. Se reportaron significativas disminuciones en la abundancia de cangrejo azul en la Bahía de Chesapeake y en los estados de Texas, Florida y Georgia (EE.UU.). En Carolina del Sur, los desembarques de pesca disminuyeron de 7.1 millones de libras en 1998 a solo 3.2 millones de libras en el 2010. Estas disminuciones podrían estar relacionadas con las persistentes condiciones de sequia durante el mismo periodo de tiempo, lo cual sirvió para aumentar el nivel de salinidad en muchas de las marismas salinas que sirven de áreas de criadero a las especies ¿Acaso las condiciones de sequia han conllevado a una mayor infección con parásitos como el dinoflagelado del género Hematodinium, cuyo predominio es mayor en las aguas de un alto nivel de salinidad?
Los investigadores que laboran en la Reserva Nacional de Investigación Estuarina de la Cuenca ACE, ubicada en el estado de Carolina del Sur (EE.UU.) se propusieron determinar los patrones temporales y espaciales de los índices de infección del cangrejo azul con el parásito Hematodinium e identificar los factores medioambientales que se encontraban más relacionados con la infección. Efectivamente, generalmente la infección estaba positivamente correlacionada con la salinidad, así como con el oxígeno disuelto (OD) y con el pH, y negativamente correlacionada con la temperatura. No obstante, no hubo diferencia con relación a la supervivencia entre los cangrejos que fueron infectados y aquellos que no, los cuales se mantuvieron en el laboratorio por 75 días ¿Acaso estos resultados sugieren que la infección con el parásito no es responsable de la disminución del cangrejo azul? No necesariamente, refieren los autores: también se observó un interesante efecto subletal de la infección que pudo contribuir con el problema. Un análisis de la morfología de los cangrejos reveló que aquellos que estaban infectados tenían espinas laterales más cortas que los que no estaban infectados, haciendo que el ancho total de su caparazón fuera más pequeño. Es posible que esta diferencia signifique que los cangrejos infectados son más susceptibles a los predadores. Además, los autores señalan que poco se conoce sobre cuánto tiempo los cangrejos puedan albergar al parásito.
Fuente: Parmenter, K. J., P. A. Vigueira, C. K. Morlok, J. A. Micklewright, K. M. Smith, K. S. Paul, y M. S. Childress. 2012. Seasonal prevalence of Hematodinium sp. infections of blue crabs in three South Carolina (USA) rivers (Prevalencia estacional de las infecciones de los cangrejos azules con el parásito Hematodinium en tres ríos del estado de Carolina del Sur, EE.UU.). Estuaries and Coasts 35 (noviembre 2012). DOI: 10.1007/s12237-012-9556.
Preguntas Importantes sobre el Manejo de las Marismas con el Uso de Fuego
Las quemas controladas generalmente se usan como técnicas de manejo de las marismas salinas. Sirven para reducir las cargas de combustible, disminuyendo el riesgo de incendios accidentales e incontrolados, y ayudan a satisfacer los objetivos de los hábitats de vida silvestre. Asimismo, la quema generalmente estimula el crecimiento de la vegetación en las marismas, un resultado importante si es que las marismas van a crecer por adición de materia para mantenerse al ritmo del aumento del nivel del mar. No obstante, todavía no se comprenden bien los mecanismos por medio de los cuales el fuego estimula la producción de biomasa de las plantas. La eliminación del follaje existente de las plantas podría permitir que entre la luz para estimular un nuevo crecimiento, o bien, la ceniza que queda podría servir como fertilizante. Nuevos estudios realizados en marismas manejadas con quemas controladas en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Blackwater, en el Estado de Maryland (EE.UU.) sugieren que la eliminación de follaje es el mecanismo más importante que allí existe, pero que las respuestas son un tanto específicas por cada especie.
En este estudio, se manipularon las áreas que están sujetas a quemas prescritas, en forma anual, y aquellas que no fueron quemadas con el fin de determinar la importancia relativa que tiene la remoción del follaje y la deposición de las cenizas. En las áreas de tratamiento dónde “no se realizaron quemas”, los investigadores eliminaron el follaje de las plantas, depositaron ceniza en la superficie de la marisma o ambas (las áreas de control no incluyeron ninguna de las dos manipulaciones). Los tratamientos de “quema anual” incluyeron la quema con y sin el remplazo de follaje. Los resultados en las áreas, dónde “no se realizaron quemas” muestran que mientras que con la deposición de ceniza no hubo un efecto significativo, la eliminación de follaje estimuló la producción de biomasa tanto por encima como por debajo de la superficie. La producción de biomasa por encima de la superficie se estimuló especialmente en las áreas dónde predominaba el junco Schoenoplectus americanus (en vez de las plantas herbáceas Spartina patens y Distichlis spicata). En las áreas dónde se realizaron quemas, remplazando el follaje después de la quema, hubo una disminución significativa de producción de biomasa tanto por encima como por debajo de la superficie. La producción aumentó más como resultado de la remoción del follaje en las áreas dónde predominaban los juncos.
Dada la magnitud de la respuesta a la quema en las comunidades dónde predominaban los juncos, los autores sugieren que las quemas controladas podrían beneficiar especialmente a estas especies e, incluso, podrían conllevar a que predominen en estas comunidades. Los encargados del manejo de la marisma deberán tratar de maximizar la remoción de follaje durante las quemas con el fin de estimular la producción de juncos, teniendo en cuenta que la estimulación de biomasa por debajo de la superficie es un componente importante para mantener la elevación de la marisma.
Fuente: Bickford, W. A., B. A. Needelman, R. R. Weil, y A. H. Baldwin. 2012. Vegetation response to prescribed fire in mid-Atlantic brackish marshes (Respuesta de la vegetación al uso de fuego prescrito en las marismas salinas del atlántico medio). Estuaries and Coasts 35 (noviembre 2012). DOI: 10.1007/s12237-012-9538-3.
Un Índice Sencillo para Evaluar el Estado Trófico del Estuario: el pH y OD son las Claves
El estado trófico puede revelar mucho sobre la salud ecológica de un sistema estuarino o costero. Aunque el monitoreo de la calidad del agua puede requerir de mucho tiempo y recursos, es importante para desarrollar y evaluar estrategias de manejo adecuadas. Una propuesta reciente para abordar este dilema consiste en usar un nuevo índice que requiere medir únicamente dos parámetros: el oxígeno disuelto (OD) y el pH. Las fluctuaciones de estas variables proporcionan un indicador de metabolismo del sistema y, por consiguiente, del estado trófico.
Los investigadores midieron varios parámetros de calidad del agua en 90 estuarios irlandeses distintos durante 3 años y usaron las observaciones del OD y el pH para calcular un índice en una escala de 1 a 100 para cada sistema. Los resultados de la clasificación estuarina con este nuevo índice concuerdan con otras medidas del estado trófico, incluyendo dos índices existentes y más complejos comúnmente usados en Europa, así como con parámetros que fueron medidos, de manera simultánea, tales como la necesidad de oxígeno biológico y clorofila-a. Los autores concluyeron que el índice brinda un excelente mecanismo de selección para clasificar los estuarios por el estado trófico, brindando así información que puede usarse para determinar las prioridades de manejo del estuario, así como una asignación adecuada de recursos.
El OD y el pH se han medido, con frecuencia, en las encuestas estándares de calidad del agua e, incluso, será más fácil monitorear con el advenimiento de dispositivos de monitoreo permanente in-situ y de bajo mantenimiento. Un monitoreo continuo también permitiría abordar el tema de las fluctuaciones nictemerales del OD y el pH que podrían afectar la precisión del índice. Los autores advierten que el uso del índice en sistemas altamente estratificados podría ser problemático y requeriría la aplicación de un factor de corrección post-facto en base al criterio experto y al conocimiento existente.
Fuente: O’Boyle, S., G. McDermott, T. Noklegaard, y R. Wilkes. 2012. A simple index of trophic status in estuaries and coastal bays based on measurements of pH and dissolved oxygen (Un índice sencillo del estado trófico en los estuarios y bahías costeras en base a las mediciones del pH y el oxígeno disuelto). Estuaries and Coasts 35 (noviembre 2012). DOI: 10.1007/s12237-012-9553-4.
Hidrología Vinculada con la Biomasa del Fitoplancton en Dos Estuarios de Carolina del Norte: Los Ríos Aportan Nutrientes y los Eliminan
Saber que las cargas de nitrógeno estimulan la producción de brotes de fitoplancton en los sistemas estuarinos no siempre ayuda a identificar la existencia de un vínculo directo entre las cargas de nitrógeno (N) y las concentraciones de clorofila-a (Cl-a). Esta complejidad se debe a muchos otros factores, tales como la disponibilidad de luz, el tiempo residencia y a pérdidas como el pastoreo sobre el fitoplancton, todos los cuales afectan las concentraciones de clorofila-a. Ahora bien, el efecto que ejercen los aportes de agua dulce a los estuarios dominados por ríos sobre la acumulación de clorofila-a puede ser muy complicado de predecir ya que la descarga controla simultáneamente la carga de nitrógeno y la cantidad de tiempo que el fitoplancton permanece en el estuario antes de ser eliminado.
Un estudio reciente sobre dos sistemas estuarinos dominados por ríos en el estado de Carolina del Norte (EE.UU.), los Estuarios de los Ríos Neuse y New River, tuvo la finalidad de cuantificar estas dinámicas, monitoreando cuidadosamente los nutrientes, el fitoplancton y la descarga de los ríos durante un periodo de tres años. Los dos sistemas se encuentran geográficamente cerca y, por consiguiente, deberán estar expuestos a similares condiciones meteorológicas, pero son muy distintos en cuanto al tamaño y a las tasas de descarga. Durante el curso del estudio, ambos sistemas experimentaron una diversidad de condiciones, desde sequias hasta inundaciones. En ambos sistemas, las concentraciones de clorofila-a (Cl-a) se encontraban en los niveles máximos cuando los tiempos de renovación fueron de aproximadamente 10 días; mientras que con tiempos de renovación más cortos (lo cual significa tasas de descarga más rápidas), los niveles de concentración de clorofila-a fueron menores. Esto probablemente se debe a que el fitoplancton no permanecía en el estuario por un tiempo suficiente como para aprovechar el impulso de nutrientes que acompaña el incremento del flujo de agua dulce. Con tiempos de descarga mayores, las concentraciones de Cl-a también fueron menores que los niveles pico. Esto quizás se deba a que hubo un menor aporte de nutrientes al estuario, pero también pudieron haber contribuido pérdidas, tales como el pastoreo y la sedimentación.
Es notable el hecho de que en estos dos sistemas, la clorofila responda, en forma similar, ante los cambios en el tiempo de renovación, dada las diferencias en relación a su tamaño, forma, descarga y amplitud de marea. Estos resultados sugieren que el tiempo de renovación es más importante para explicar las respuestas río abajo que tan sólo la descarga o el aporte de nitrógeno. Es importante dilucidar estas relaciones dado que en el futuro es probable que la descarga del río se vea afectada tanto por el forzamiento radiativo del clima como por la actividad del hombre.
Fuente: Peierls, B. L., N. S. Hall y H. W. Paerl. 2012. Non-monotonic responses of phytoplankton biomass accumulation to hydrologic variability: A comparison of two coastal plain North Carolina estuaries (Respuestas no monotónicas de la acumulación de biomasa fitoplanctónica ante la variabilidad hidrobiológica: Comparación de dos estuarios de llanura costera del Estado de Carolina del Norte). Estuaries and Coasts 35 (noviembre 2012). DOI: 10.1007/s12237-012-9547-2.
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